martes, 30 de junio de 2009

La búsqueda del Rol

Él siempre quiso saber qué hacer con su vida, primero quería ser policía. Mirado con perspectiva, ser el pequeño en una familia numerosa siempre marca. Nunca olvidará las discusiones con sus hermanos y como terminaban siempre.

La ausencia de autoridad, unos padres demasiado trabajadores como para recordar que no sólo eran profesionales sino también padres hizo que sintiera vivir en un sistema anárquico y descorazonador. Siempre ganaba el más fuerte, y en eso siempre tuvo mucho que perder. Por eso, cuando era un niño quería ser policía.

Llevar porra y pistola supondría una oportunidad real para ejercer su autoridad, ya nunca más sería víctima de sus hermanos y su fuerza bruta. Es más, puestos a usar su “poder”, la situación en el colegio sería diferente, nunca más se burlarían de él y, por supuesto, jamás le volverían a suspender.

Nunca tuvo demasiado talento o, al menos, eso se creía él. Visto que no superaba el metro y sesenta y cinco centímetros de estatura tuvo que desechar la opción de ser policía. Decidió ser juez. Terminar sus estudios con verdaderos apuros le hizo caer de nuevo en la realidad, si tenía problemas para medio aprobar derecho, cuántos años necesitaría para sacarse la oposición.

Ahora, sentado en su sillón siente ese pasado como difuso. La memoria es traicionera, especialmente para las almas grandilocuentes. Cuando explica su currículo, la gente lo toma como modelo de éxito. Su historia es épica, nacido en el seno de una familia humilde, con escasas posibilidades de estudiar y sin ningún futuro. Estudio derecho, se saco una oposición y se hizo funcionario de carrera. Ahora es admirado por algunos, querido por bastantes y odiado por otros muchos.

Lo que él no sabe es que, tras esta campaña será echado a patadas de su poltrona. Entonces, todos los aduladores y los vendedores de humo desaparecerán y se quedará solo. Será el momento para recapacitar, echar una mirada atrás, tomar impulso y seguir con su carrera.

Será el momento para reconocer que si es funcionario, fue porque alguien le eligió a dedo. Si llegó a ser alguien, fue porque no había otro, Si llegó a tener éxito, tras tres derrotas, fue porque ganó por aburrimiento de los votantes.

Pero, si algo le caracterizó durante todo ese tiempo fue su gran orgullo, si algo le marcó fue su ego. Demasiado ego para reconocer la verdad. Alguien hablará de talento y persistencia, pocos le creerán.

El ansia de poder le come por dentro. Desalojado y lleno de rencor no podrá ver porque está ciego. Se sentirá un profeta, un visionario, incomprendido y torturado. Sin responsabilidad aparente, volverá a ahogarse en un océano brutal del que no podrá salir a flote. Se siente aplastado, ninguneado, y lo que es peor, olvidado. Tan acomplejado y fracasado como siempre, siente que ese no es su sitio, pero ya no tiene donde agarrase y se ahoga y se asfixia y ya no podrá más.

Hasta que un día decidirá ponerle fin a todo ese sin sentido. Descanse en paz.

No hay comentarios: